La mayoría de nosotros ya estamos acostumbrados a salir de la consulta de un dentista con la sensación de tener la boca dormida luego de un tratamiento. Esto sucede por el uso de la anestesia local, una sustancia que es inyectada en nuestra boca para que no tengamos dolor mientras el profesional trabaja.

Muchas personas sienten mucho miedo ante la presencia de la inyección, afortunadamente en la actualidad existen diferentes técnicas de administración de esta anestesia, lo que permite llegar más relajado al tratamiento.

Existen otros métodos, que sobre todo se emplean en pacientes ansiosos, los mismos se vinculan a métodos de sedación y diferentes técnicas que permiten que las personas se relajen. En muchos pacientes no solo se debe poner la anestesia, sino tomar otras medidas.

En el caso de los tratamientos de los niños, cuando el tratamiento es muy prolongado, algunos profesionales aconsejan la anestesia general. En este caso se usan diferentes agentes farmacológicos que permiten que las personas se duerman. Tengamos en cuenta que en el caso de requerir este tipo de anestesia se debe realizar en una sala de operaciones o quirófano de un sanatorio u hospital y debe intervenir un anestesiólogo, médico especialista en el tema.

Ocasiones en que se aconseja el uso de la anestesia general:

  • Tratamiento complejo
  • Personas que no pueden colaborar en el tratamiento, ya sea por sus miedos o por la edad
  • Cuando la anestesia local está contraindicada
  • Fuerte estado de temor y ansiedad
  • Trauma dental severo

Antes de realizar una tratamiento con anestesia general se deberá hacer una interconsulta con otros médicos y con el anestesista.

Foto | Flickr

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