Bacteria oral

La periodontitis representa un infección oral de tipo crónico y el patógeno responsable de su desarrollo es la bacteria Porphyromonas gingivalis, que según nuevos estudios, no sólo es causa de la inflamación local de las encías, situación que conducen a la pérdida de dientes, sino también se encuentra relacionada con un mayor riesgo inflamatorio a nivel vascular.

Un estudio ahora revela las vías por las cuales el patógeno es capaz de evadir al sistema inmune, para llegar a inducir procesos inflamatorios que trascienden la cavidad oral. De la misma forma que otras bacterias del tipo gram-negativas, la P. gingivalis se compone de una capa externa constituida de azúcares y lípidos.

El sistema inmunológico de los mamíferos ha evolucionado para reconocer partes de este recubrimiento bacteriano y cuando lo hace dispara una reacción defensiva de carácter múltiple. Sin embargo varios tipos de bacterias gram-negativas, incluyendo la P. gingivalis, poseen estrategias con las cuales son capaces de alterar dichas capas externas evitando así el ataque inmunológico.

Los investigadores se centraron en el papel de un lípido específico que se encuentra en la superficie externa de la P. gingivalis, conocido como “lípido A”, capaz de interactuar con un regulador clave del sistema inmune del huésped llamado TLR4. P. gingivalis y que pueden producir un número de diferentes versiones de lípido A. Los especialistas querían aclarar cómo estos lípidos modifican la respuesta inmune y contribuyen a la capacidad del patógeno para sobrevivir y causar inflamación, tanto a nivel local, que deriva a nivel oral en la pérdida de hueso, como a nivel sistémico afectando a los vasos sanguíneos distantes.

En el estudio los investigadores infectaron animales con aterosclerosis con la cepa antagonista de P. gingivalis TLR4 y descubrieron que esta exacerbaba la inflamación en los vasos sanguíneos, potenciando la patología inflamatoria.

Los investigadores concluyeron que la P. gingivalis es capaz de modificar la estructura lipídica con el fin de evadir las defensas del huésped y establecer una infección crónica que conduce a la inflamación sistémica de bajo grado persistente.

Imagen: MF

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