Sangre, plaquetas y sus efectos orales

Las plaquetas representan un factor que ayuda a la coagulación de la sangre y las personas que no tienen suficientes en sangre, son pasibles de trastornos relacionados que en casos graves puede ser mortal.

Las personas con insuficiencia plaquetaria pueden tener un sangrado que no se pueda controlar y son dos los trastornos de las plaquetas más comunes, la púrpura trombocitopénica idiopática y la púrpura trombocitopénica trombótica. En lo que respecta a la atención odontológica de pacientes con este problema sanguíneo, el dentista deberá trabajar en estrecha colaboración con el hematólogo, para planificar y realizar un tratamiento dental.

Las personas con trastornos plaquetarios pueden tener miedo de que sus encías sangren cuando se cepillan los dientes, por ello suelen fallar en su higiene dental, con las consecuencias obvias, como un mayor riesgo de placa, caries y enfermedades de las encías.

Consulta odontológica

Antes de cada visita al consultorio odontológico, su dentista debe recibir una copia de los resultados o analíticas más recientes del estado sanguíneo, así podrá evaluar el recuento de plaquetas, que en un estado normal oscila entre 150.000 y 400.000. Por ello las personas con los niveles de plaquetas por debajo de 20.000, correrían el riesgo de padecer una hemorragia provocada, por lo tanto deberán tener un tratamiento dental en un hospital y con una transfusión de plaquetas por medio.

Las personas con los niveles de plaquetas entre 20.000 y 50.000 deben ser tratados por un dentista especializado en medicina oral, odontología hospitalaria o cirugía oral, debido a que tiene que utilizar técnicas quirúrgicas y productos específicos para reducir el riesgo de sangrado incontrolado, pudiendo requerir también de una infusión de plaquetas.

Para las personas con niveles de plaquetas por encima de 50.000, la mayoría de los tipos de tratamientos son seguros y otra cuestión a tener en cuenta es que para tratar molestias, no deberán por ningún motivo tomar aspirina o antiinflamatorios no esteroideos (AINES) como ibuprofeno (Motrin, Advil y otros), ya que estos medicamentos hacen más difícil la coagulación.

Imagen: Flickr

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