Seguiremos hablando de las consecuencias en la salud bucodental del estrés infantil. Te aconsejamos leer el artículo anterior en el que dimos algunas pautas fundamentales del tema.
Tanto la inflamación de las encías o gingivitis es más frecuente en estos pequeños ya que se relaciona con una alta acumulación de placa bacteriana con una disminución de la respuesta inmunitaria. Carrasquer considera que: ‘La gingivitis puede evolucionar a periodontitis, cuando la inflamación de las encías va asociada a pérdida de hueso de soporte del diente, en casos severos o con predisposición genética asociada’.
Si no es tratada de forma adecuada la gingivitis puede terminar evolucionando en periodontitis, cuando la inflamación de las encías se relaciona con la pérdida de hueso de soporte del diente, esto se da en los casos más severos o que cuentan con cierto grado de predisposición genética asociada.
Otro problema vinculado con el estrés son las aftas, llagas, pequeñas úlceras de etiología desconocida vinculadas a problemas en el sistema inmunológico, además se pueden dar herpes labial, lesiones generadas por morderse los dientes o la mucosa yugal.
Es muy importante que se llegue a detectar el estrés en los pequeños ya que el niño sufre en estas condiciones y puede terminar afectando la salud adulta.
Es muy importante que se realicen diferentes revisiones bucodentales para prevenir problemas. El dentista puede llegar a detectar distintos grados de estrés en los niños e identificar las patologías asociadas.
Los padres deberán estar pendientes de algunos signos, por ejemplo, el sangrado de las encías al cepillarse los dientes, las encías rojas, las llagas frecuentes, el herpes labial, rechinar de los dientes. Es fundamental recordarles que hagan una limpieza de sus dientes dos o tres veces al día, de forma correcta.
Desde la Sociedad Española de Periodoncia e Implantes aconsejan la revisión de las encías en los niños para diagnosticar posibles problemas.
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