Cuando nos encontramos bajo estrés intenso se puede ver afectado el estado de ánimo y esto conducir a saltear hábitos saludables como la higiene oral, en lo que respecta al cepillado, el uso de hilo dental y los enjuagues antisépticos, que mantienen nuestra salud oral.
Por lo tanto cuando esto sucede el estrés domina nuestra vida y en el caso de la omisión de la higiene oral, no solo los dientes se verán afectados, sino también las salud general, ya que si por ejemplo se encuentran presentes patologías como la enfermedad de las encías, si saltamos los hábitos saludables de higiene oral diaria el problema empeorará sin excepción, así como aumentará el riesgo de caries.
Cuando estamos bajo estrés suele suceder que desarrollamos hábitos alimenticios poco saludables, como por ejemplo comer grandes cantidades de alimentos o bebidas azucaradas y estos malos hábitos nutricionales aumentan aún más los problemas orales, conformando un ciclo vicioso que deparará el peor de los resultados para nuestra salud.
Por ello si el estrés llega a nuestra vida lo primero que debemos hacer es identificarlo o sea darnos cuenta que ha comenzado, para poder tomar recaudos suficientes y evitar sus consecuencias, que pueden derivar en problemas graves de salud como es el caso de la salud oral. En tal caso es muy importante reanudar la rutina de ejercicios físicos regulares para ayudar a aliviar la condición y prestar suficiente atención a la higiene oral, sin descuidar la dieta que siempre debe ser saludable o sea alejada de productos elaborados azucarados y de grasas saturadas, como las contenidas en las comidas rápidas.
La práctica de ejercicio físico no solo nos brinda mayor energía y regula el sistema nervioso alejando al estrés, sino también estimula nuestro sistema inmune y esto se traduce en un gran beneficio para la salud oral y general.
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