Uno de los casos más curiosos dentro de las historias de la odontología es el de Fernando VII, quien tenia la mordida invertida, tal como lo retrató Goya.

Fernando VII era un hombre culto, apasionado por las letras, con cierta tendencia a la obesidad. El fue retratado infinitas veces; y uno de los artistas encargados de hacerlos fue Francisco de Goya, quien se dedicó a poner énfasis en su deformidad dentofacial.

Era notorio los rasgos del prognatismo, un adelanto en su mandíbula, propia de la herencia de los Borbones.

El jefe de Servicio de Cirugía Oral y Máxilofacial del Hospital Infanta Cristina de Badajoz, Florencia Moje, ha escrito junto con su hermano un libro llamado ‘Las pinturas de Goya y las deformidades dentofaciales’. En él se habla de las alteraciones faciales.

Gran parte de la patología pueden verse por los diferentes cuadros  personales. El prognatismo era un problema muy frecuente en esa época pero podía acarrear algunos problemas psicológicos de inseguridad y de autoestima.

Además del prognatismo, debemos hablar de la maloclusion. Ésta es una mala posición de los dientes, una mala alineación que termina en un prognatismo. Se trata de una palabra muy general que significa que los dientes no se encuentran alineados y no encajan como deberían. Recordemos que la mordida invertida es un subgrupo de la maloclusion.

Foto | Flickr

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