Los dientes naturales en realidad no son blancos, cuentan con diferentes tonalidades que, por lo general, se encuentran en los tonos amarillos.
El color más habitual de los dientes temporales es de un color blanco azulado y el de los dientes permanentes tienen diversos tonos amarillos grisáceos, blanco grisáceos, blanco amarillento. Cuando los dientes son sanos o parcialmente restaurados pueden a llegar a tener una variedad o gama de colores muy diferentes.
El color de los dientes se encuentra condicionado genéticamente, por eso, cuando veas un diente que no es del todo blanco, no debe tratarse de una enfermedad o patología. Algunos de los dientes pueden llegar a tener una modificación en el color de origen local y la localización superficial.
Las pigmentaciones de los dientes pueden clasificarse en extrínsecas e intrínsecas. Las extrínsecas se encuentran en la superficie exterior de los dientes y son de origen local, estas puede deberse a una penetración de las sustancias que se encontraban en la superficie de los dientes.
Las pigmentaciones intrínsecas se deben al depósito e incorporación más profunda de sustancias en el esmalte o dentina y representan verdaderas anomalías. Se trata de manifestaciones de afecciones que el paciente sufrió en el periodo de formación de los dientes.
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