dentista

Evitar la incómoda pasta de silicona que los dentistas introducen en la boca para registrar las imprentas de los dientes es sola una -y no la más importante- de las ventajas de un nuevo sistema de implantes en 3-D que ha creadola empresa SAMEC de Viladecans.

«Nuestra innovación minimiza imprecisiones derivadas del sistema manual tradicional, que pueden crear desajustes en una masticación ideal o el rechazo óseo de un implante», explica el impulsor de la patente y gerente de SAMEC, Josep Soler.

En su método, indicado para personas con algún implante, un TAC (Tomografía Axial Computarizada) localiza, sin molestia para el paciente, los puntos de apoyo dentales y las prótesis existentes.

Mediante un software que incorpora un articulador virtual, se diseña la estructura mecánica sobre los implantes ya insertados, guiando próximas inserciones para que actúen homogéneamente, al masticar, evitando tensiones que erosionarían el hueso y expulsarían el implante.

Menos rechazos, menos molestias y horas en la consulta del dentista y hasta un 40% menos de costes para el odontólogo es el progreso alcanzado por Loc-implant-fit, el nombre que bautiza a esta patente inscrita ya en España. «Tenemos la reserva de la patente en 150 países. De ellos, elegiremos cuántas adquirimos en los próximos 30 meses. Y todo multiplicado por dos, porque poseemos la patente de un segundo software que evalúa la calidad del implante», añade.

Para verder el invento, su empresa se ha asociado con el centro médico Meisa de Viladecans (Provincia de Barcelona), cuyas clínicas odontológicas serán las primeras -este año- en aplicarlo. «Todo lo que evite molestias al paciente y aumente la calidad médica para mejorar su bienestar nos interesa», declara el gerente de Meisa, el doctor Josep Coves.

La irrupción en el ámbito médico de SAMEC, una firma con 25 años de experiencia en mecanización asistida por ordenador en el sector aeroespacial y la automoción, se produjo por la demanda que tuvieron sus escáneres para odontólogos. «Vimos que los minúsculos errores en implantes parten de las impresiones iniciales.

Ahí centramos la investigación que nos llevó al software que los ubica con altísima precisión», dice Soler. Cinco personas trabajaron en el proyecto, con una inversión de 250.000 euros y previsión de ganancias a dos años vista.

Coves y Soler se conocieron en una sesión organizada por Can Calderon, el centro de promoción económica y servicios a empresas de Viladecans, que estimula sinergias entre proyectos comola que SAMEC y Meisa han sellado.

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