Prótesis dentales; las coronas

Una corona es una prótesis dental que representa una cubierta o funda con la forma del diente afectado y se coloca cuando la pieza se encuentra muy dañada, por accidente o enfermedad.

Un profesional puede optar por la colocación de coronas por varias razones, pero generalmente lo hace cuando el diente se ha roto, dañado seriamente por decadencia o enfermedad. Una corona puede mantener unida partes de un diente roto y también puede utilizarse para sostener un puente en su lugar, así como una opción estética ya que puede mejorar la apariencia cuando se colocan para cubrir dientes deformados o muy manchados.

Las coronas se realizan con formas prefabricada en la primer etapa del tratamiento o sea para uso temporal, hasta que se elabora a medida en laboratorio la definitiva, los materiales utilizados para las prefabricadas puede se plástico o acero inoxidable.

Las coronas definitivas pueden elaborase con metal, porcelana fundida sobre metal (PFM) o totalmente en cerámica. Los metales incluyen aleación de oro, otras aleaciones como las de paladio o de níquel-cromo. Las coronas totalmente metálicas o PFM son más fuertes y suelen representar las mejores opciones para los dientes posteriores que las coronas de cerámica, aunque muchas personas optan por estas últimas por una apariencia más natural ya que tendrá el mismo color del resto de los dientes.

El tiempo que suelen durar las coronas oscila entre los siete y diez años, aunque se visto casos en los cuales su duración se extendió hasta 40 años más o menos, por ello el parámetro de durabilidad es individual.

Después de su colocación no se debe sentir ningún malestar o sensibilidad, sin embargo si el diente no ha tenido un tratamiento de conducto o sea que todavía contiene el nervio, en tal caso puede sentirse cierta sensibilidad a las temperaturas pero de forma temporal.

Imagen: Flickr

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