Síntomas de un absceso periamigdalino

Un absceso periamigdalino se diagnostica normalmente basándose en los antecedentes y un examen físico, siendo fácil de ver cuando tiene un tamaño considerable, pero por supuesto no se debe llegar a esta situación, por ello debemos conocer los síntomas para actuar a tiempo y no llegar a una condición de gravedad.

El primer síntoma de un absceso periamigdalino es por lo general un dolor de garganta, sin embargo un período sin fiebre ni otros síntomas pueden seguir mientras el absceso se desarrolla, determinando así un retraso de dos a cinco días entre el inicio de los síntomas y formación del absceso.

Los síntomas más característicos a tener en cuenta que puede definir la presencia de un absceso periamigdalino son los siguientes;

-La boca y la garganta suelen mostrar un área hinchada de inflamación por lo general de un lado.

-La úvula o campanilla de la garganta puede ser empujada fuera del lado de la boca hinchada.

-Los ganglios linfáticos en el cuello pueden inflamarse y sensibilizarse.

Otros signos y síntomas que pueden ser observados son los siguientes:

-Dolor al tragar

-Fiebre y escalofríos

-Espasmo muscular en los músculos de la mandíbula (trismo) y el cuello (tortícolis)

-Dolor de oído en el mismo lado que el absceso

-Una voz apagada, a menudo descrito como efecto «papa caliente«, ya que la voz suena como si tuviera la boca llena con una patata caliente cuando se habla.

-Dificultad para tragar saliva

Cuándo se hace presente esta sintomatología lo ideal es buscar atención médica, ya que si la causa es la presencia de un absceso periamigdalino, éste requiere de un tratamiento inmediato.

Para tener muy en cuenta; en resumen si usted tiene un dolor de garganta y dificultad para tragar, dificultad para respirar, dificultad para hablar, babeo o cualquier otro signo de obstrucción, recurra de inmediato a un departamento de emergencias de un hospital.

Imagen: MF

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