Las amalgamas dentales son materiales utilizados con el fin de reparar un diente que ha sido afectado por caries, evitando a tiempo que el proceso degenere la pieza dental y se pierda.

El tratamiento de restauración consiste en retirar la caries por medio de una limpieza, para luego obturar la cavidad con una amalgama que puede ser de distintos materiales que el profesional recomendará en cada caso específico. Entre los materiales utilizados como amalgama se encuentran; el oro, la plata, la porcelana, la resina composite y las de aleación.

Tipos de amalgamas y sus funciones:

Amalgama de Oro: por supuesto es la más cara de todas y por lo general solo se realizan por pedido expreso a los laboratorios. Este material es considerado como el más noble por los especialistas, ya que es muy bien tolerado a nivel orgánico por los tejidos, pudiendo llegar a durar por más de dos décadas.

Amalgama de Porcelana: reciben el nombre “inlays u onlays” y son cementadas al diente, con la característica principal de mantener el color del diente propio, siendo además muy durables. Se utilizan para cubrir grandes superficies, pero no son económicas, ya que casi igualan al valor del oro.

Amalgama de plata: este es uno de los materiales más elegidos por su relación entre costo y duración, ya que son económicas y muy resistentes al paso del tiempo, la única contradicción es estética, ya que suelen oscurecerse mucho y por ello no son recomendables en lugares muy visibles, donde por lo general suele recomendarse la porcelana.

Amalgamas de Resinas composite: este tipo de amalgama de polímero, mantiene la estética del diente igualando el color de los mismos y por lo tanto dejan un aspecto natural en la dentadura. Sin embargo no es un material durable, pudiendo alcanzar entre 3 y 8 años, ya que se desgastan o se astillan y por ello no es recomendable para cubrir áreas extensas.

Imagen: Flickr

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