En la siguiente entrada hablaremos acerca de la rinosinusitis odontológica. En términos generales podemos decir que nos estamos refiriendo a la inflamación que se da en las cavidades nasales.
El problema puede tener un origen alérgico, infeccioso o inmunológico. Algunos profesionales señalan que es una condición que se manifiesta como una respuesta inflamatoria que compromete a las membranas mucosas que encontramos en la nariz, en los senos paranasales y en los líquidos internos que hay en esas cavidades.
Este problema representa un 10 por ciento de los casos de sinusitis maxilares. Puede comenzar mediante una simple lesión dental o ser generado por enfermedades periodontales y periapical, por lesiones odontogénicas y otras causas como una extracción dental, implantes dentales.
Podemos decir que existen dos tipos de rinosinutisis, la rinosinutisis crónica y la rinosinutisis aguda. En el caso de que la rinosinutisis aguda no sea tratada adecuadamente se podrá convertir en un problema crónico. Se estima que, en un tercio de los pacientes que tienen el problema, se progresa desde la aguda a la crónica.
Dentro de los síntomas más frecuentes encontramos: fiebre, dolor facial, pérdida del olfato, congestión facial, obstrucción nasal. También encontramos algunos síntomas más leves: dolor de cabeza, dolor de oído, tos, fatiga, dolor dental, halitosis.
Los síntomas que anteriormente te mencionamos pueden ser considerados dentro de la sintomatología general, pero este problema se caracteriza por algunos síntomas específicos, por ejemplo, el dolor de mejillas, descarga nasal, dolor dental, obstrucción nasal (generalmente en un solo lado).
Será el dentista quien se encargue de realizar un diagnóstico y, el éxito del tratamiento, dependerá de eliminar la fuente del dolor. Un punto muy importante será eliminar lo que provoca la infección, se podrán usar irrigaciones salinas, descongestionantes tópicos, antibióticos, esteroides tópicos y sistémicos.
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