Cuando las amalgamas son de buena calidad son ideales para resistir el deterioro en el medio bucal. El lado negativo es que pueden tener deficiencias vinculadas con la pigmentación, el deterioro y la fácil corrosión. Afortunadamente, mediante las nuevas técnicas los puntos negativos están siendo superados. Por ejemplo las eran de alto contenido de cobre y estaño con reemplazadas por las de alto contenido en cobre.

Un punto importante que no debemos desconocer es que la amalgama solo tiene buenos resultados en espesores superiores de 1 mm, esto quiere decir que no son aconsejadas para cavidades que son poco profundas o en el caso de que sea necesario recubrir cúspides.

Cuando se usan amalgamas también se transmiten las variaciones térmicas del medio bucal lo que genera la necesidad de obtener una protección pulpar criteriosa en cavidades profundas. Si bien la manipulación es fácil cuando hay que trabajar en cavidades complejas deben ser adaptadas a los contornos axiales y a los contornos interpromimales.

También se usan en casos donde se tenga problemas con la pulpa y con los tejidos gingivales, cuando se cumplen los requisitos técnicos de protección pulpar, pulido y un buen sellado marginal.

En los últimos tiempos se han oído voces en contra por considerar que es posible la toxicidad por el mercurio, de hecho, en algunos países se ha restringido su uso pero lo han hecho para reducir la contaminación ambiental. Es importante que se evite en pacientes que tengan sensibilidad al mercurio.

Foto | Flickr

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