La Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) ha indicado que si bien es un mito, se pueden extraer algunas lecciones y aprendizajes positivos de la figura del Ratoncito Pérez.

Según indica la organización, a partir de un artículo divulgativo publicado en “El País”, la odontopediatra socia de SEPA, Diana González Gandía, explica algunos beneficios de esta figura para el cuidado de la salud bucodental de los más pequeños en un momento clave de su vida.

En concreto, la presencia de patógenos orales puede aumentar el riesgo de desarrollar neumonía o bronquitis e, incluso, empeorar la salud de pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Según la organización, el Ratoncito Pérez es una figura que aparece a finales del siglo XIX, de la mano del escritor, periodista y jesuita español Luis Coloma, a quien se atribuye la invención de este personaje fantástico; su invención nace de un cuento que escribió para el futuro rey Alfonso XIII, que entonces tenía 8 años, y al que se le cayó un diente. Desde entonces, este personaje a acompañado a muchos niños españoles.

Para la Dra. Diana González Gandía, socio titular de SEPA y odontopediatra, “el Ratoncito Pérez puede ayudar, en muchos casos, a un buen comportamiento y a tener una higiene dental más intensa en tiempo de cepillado y días anteriores a la caída del diente. Aunque en algunos niños puede suceder que la molestia de la movilidad del diente hace que evite la higiene dental en esa zona”.

Tal y como explica esta experta, según SEPA, la caída de los dientes temporales (o de leche) empieza sobre los seis años con los incisivos inferiores centrales, sigue con los incisivos superiores centrales y acaba sobre los ocho años con los incisivos laterales superiores e inferiores. De este modo, se completa la primera fase del recambio dentario junto con la erupción de los molares de los seis años.

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