Los dientes de leche deben cuidarse tanto como los permanentes, que estarán completos ya cuando la persona tiene 12 años. Pero mientras están en la boca, suelen tener algunos problemas, que es bueno conocerlos.
-Alineación de los dientes permanentes. Si no existieran los dientes de leche, los permanentes crecerán desalineados y maltrechos. Lo que ocurre es que los primeros guardan el espacio para que los definitivos, que son más grandes tengan el lugar perfecto para erupcionar, evitando así una temprana desalineación. La perdida prematura de un diente puede provocar el cierre del espacio en el maxilar.
-Mayor probabilidad de tener caries. Algunos niños son más vulnerables a las caries que otros, esto debido a que en sus dientes predominan fisuras pronunciadas, propensión genética o debilidad del esmalte, por lo tanto, el cuidado dental es muy importante desde que son pequeños.
-Desde que son bebés. El uso del biberón debe de abandonarse progresivamente, limitándose de los 12 a los 18 meses. A partir de esa edad se debe intentar que los niños beban los líquidos en una taza debido a que la persistencia de seguir con el biberón puede provocar malformaciones dentales.
-Mala alimentación. La dieta es el factor clave en la prevención de caries, destacando que algunos alimentos tienen azúcar en grandes cantidades como los cereales o los jugos de fruta, provocando erosión en el esmalte de los dientes. Una dieta sana permite que las raíces de los dientes de leche reabsorban vitaminas y minerales, ayudando al proceso de mineralización de los dientes permanentes.
-Desarrollar problemas de dicción. Los primeros dientes son importantes cuando los niños aprenden a hablar, ya que facilitan una pronunciación correcta de cada sonido además de una adecuada coordinación entre la lengua y los labios.
