¿A qué edad deben acudir los niños al dentista por primera vez?

Detectar y corregir problemas de desarrollo óseo en la boca desde edades tempranas puede marcar una gran diferencia en la salud bucodental de los niños. Según explica la doctora Lilianne Cruz Amador, especialista en ortodoncia y ortopedia dentofacial, tratar una mala oclusión cuando los pequeños aún tienen dientes de leche es clave para evitar que los huesos maxilares crezcan de manera incorrecta.

La experta señala que hay señales claras que deberían hacer sonar las alarmas en casa: si el niño respira habitualmente por la boca en lugar de por la nariz, si mastica solo por un lado o si traga de forma atípica, colocando la lengua entre los dientes en lugar de apoyarla en el paladar. “Son funciones inadecuadas que, si no se corrigen a tiempo, alteran el desarrollo del hueso y, por ende, la alineación y la mordida”, advierte.

Aunque algunos padres se muestran escépticos ante la idea de iniciar un tratamiento ortodóncico a edades tan tempranas, Cruz Amador insiste en que intervenir a los 3, 4 o 5 años es mucho más fácil y efectivo. «Corregir una mordida errónea en esa etapa no solo es sencillo, sino que también evita problemas futuros: si no se corrige, en casi todos los casos la alteración se mantiene en la dentición definitiva», explica.

La edad recomendada para la primera visita al ortodoncista

Aunque los tratamientos pueden empezar desde los tres años si hay signos evidentes de desequilibrios, lo recomendable —según la especialista— es que todos los niños acudan a una primera revisión con el ortodoncista alrededor de los seis años, coincidiendo con la aparición de los primeros molares definitivos.

«Antes se esperaba a que terminara el recambio de dientes para intervenir. Hoy en día, en lugar de extraer piezas por falta de espacio, preferimos actuar antes, expandiendo el hueso para hacer sitio a todos los dientes», señala Cruz Amador. Esta estrategia más conservadora y preventiva favorece un desarrollo armónico del rostro y mejora la salud oral a largo plazo.

Aparatos más cómodos y eficaces para los más pequeños

En la actualidad, los tratamientos de ortodoncia para niños han evolucionado notablemente. Una de las opciones más populares y eficaces es la ortodoncia invisible, que resulta más cómoda que los tradicionales brackets. Estos alineadores removibles permiten mantener una mejor higiene, se retiran para comer, y si el niño pierde uno, puede continuar con el siguiente sin necesidad de acudir de inmediato a la consulta.

Además, contra todo pronóstico, muchos niños se adaptan muy bien al uso de estos dispositivos. “Son sorprendentemente cuidadosos con sus alineadores”, comenta la doctora.

En resumen, la ampliación del paladar y el tratamiento temprano de problemas de mordida no solo es posible, sino recomendable. Detectar y actuar a tiempo no solo evita tratamientos más invasivos en el futuro, sino que permite que los huesos faciales crezcan correctamente, garantizando una sonrisa sana y funcional en la vida adulta.