En algún momento de la vida la mayoría de nosotros vamos a experimentar la sensación de tener la boca seca (xerostomía), motivada por nerviosismo o estrés como las causas más comunes y esto es normal, ya que es una situación pasajera y sin consecuencias a largo plazo, pero sin embargo cuando se extiende en el tiempo transformándose en crónico, puede tener repercusiones sobre la salud general.

Los síntomas comunes incluyen dificultad para comer, hablar y masticar, sensaciones de ardor o una necesidad frecuente de beber agua mientras se come, convirtiéndose en un problema cuando los síntomas ocurren la mayor parte del tiempo, situación que derivará en condiciones más graves que afectarán la salud oral.

La sequedad como regla general irrita los tejidos blandos y en el caso de la boca puede hacer que se inflamen haciéndose más susceptibles a la infección, que según los especialistas odontólogos sin los efectos de limpieza y de protección que ofrece el flujo natural de saliva, la caries y la enfermedad periodontal (encías) son mucho más comunes.

Además la persistencia de la sequedad en la boca, por la falta de protección proporcionada por la saliva puede contribuir al mal aliento (halitosis), afectando también a las personas que llevan prótesis dentales completas, ya que se vuelven incomodas porque no hay una capa delgada de saliva para ayudar a que se adhieran correctamente a los tejidos orales.

La insuficiencia de saliva a su vez puede derivar en úlceras dolorosas, labios secos y agrietados, así como mayores riesgos de infección por vía oral.

Imagen: Flickr

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