El cepillo de dientes, ese aliado de la limpieza bucodental, no dura toda la vida. Ni siquiera más de tres o cuatro meses.
La recomendación es que cada tres meses sea sustituido por uno nuevo, con cerdas óptimas que puedan hacer el trabajo necesario.
La recomendación es cepillarse los dientes dos veces al día con una pasta dental con fluoruro y asegurarse de limpiar entre los dientes todos los días.
Pero ese uso regular va desgastando el cepillo, por lo que, para que sea eficiente, debe cambiarse también con alguna regularidad.
El consenso generalizado entre los dentistas y profesionales de la odontología es que el cepillo debe reemplazarse, o la cabeza del cepillo de dientes si tienes uno eléctrico, cada tres o cuatro meses.
Es el tiempo máximo. Pero si ves que las cerdas se enredan o deshilachan ya es momento de cambiarlo.
Y es que cuanto más desgastado esté un cepillo de dientes, menos eficaz será como herramienta para limpiar los dientes.
También debe ser sustituido al curar una infección de garganta.
Y sí, los cepillos albergan bacterias, pero la evidencia disponible sugiere que estos microbios generalmente no son dañinos para tu salud bucodental.