El cepillo dental es el arma más poderosa en la higiene bucal, pero en tiempos de pandemia podría convertirse en un factor de contagio.
El coronavirus que ya mató a más de un millón de personas en el mundo se propaga por la gotas de se expulsan de la boca, siendo ésta la principal vía de transmisión. El cepillo dental se usa en la boca.
Pero no hay que causar zozobra. Basta tomar en cuenta algunas medidas de prevención para evitar contagiarse por esta vía.
Por ejemplo, no colocar juntos los cepillos familiares en un solo contenedor. Algunas personas contagiadas son asintomáticas y no se sabe si poseen el virus.
Está probado científicamente que los microorganismos pueden alojarse en las cerdas del cepillo dental, por lo que es importante seguir acciones específicas, a fin de evitar la propagación del virus.
Entonces, hay que guardar los cepillos dentales con una cubierta individual en sitios o contenedores separados para evitar la contaminación cruzada.
También es necesario un adecuado lavado de manos antes de iniciar el aseo bucal, ya que de esa manera se evitará contaminar el mango del cepillo.
El cepillo se debe lavarse y desinfectarse al sumergir su cabeza durante 30 minutos en una solución de yodopovidona diluida al 0.2 por ciento, en peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) diluida al 1 por ciento o en algún enjuague bucal que contenga clorhexidina, luego se debe secar perfectamente y guardar.
También se recomienda usar enjuague bucal durante un minuto antes de cepillarse para reducir la carga viral de personas con COVID-19.