Los dientes no son naturalmente blancos, sino un tono traslucido que poco deja ver la dentina, el nervio dental que sí es un poco más oscuro. Pero tampoco son amarillentos.
Se sabe que con el pasar de los años los dientes van perdiendo ese color natural que tienen y se van oscureciendo, sobre todo por la dienta que llevemos. Café, vino tinto, té y algunos malos hábitos no ayudan a tenerlos blancos.
Pero, prevenir el oscurecimiento de los dientes es factible. Solo hay que seguir ciertos parámetros de los que hablaremos hoy.
Lo primero es el cepillado. Hay que practicarlos al menos 30 minutos después de cada comida, sea lo que sea que se haya consumido. Y preferiblemente usar una herramienta de limpieza interdental, que eliminará restos de alimentos.
Cepillarse correctamente, con la frecuencia que indican los especialistas, es parte ganada en esta lucha. Previene la aparición de manchas y caries, además de problemas en las encías.
De hecho, algunos dentistas aconsejan el uso de cepillos sónicos para prevenir el oscurecimiento y la decoloración de los dientes por sus movimientos y fuerza. Sin embargo, esta recomendación se hará luego de revisar el estado de tu dentadura y otras mucosas de la boca.
Y aquí viene otra recomendación: visitar al dentista de forma periódica. La limpieza profesional que realiza ayudará a mantener el color natural de tus dientes y te ayudará a evitar un blanqueamiento dental.
Además, es necesario limitar ciertos alimentos, bebidas y hábitos que manchan los dientes, como el tabaco, el café, el vino tinto, entre otros.