El sarro dental se forma de los restos de alimentos que no se eliminan con el cepillado diario. Si permanecen mucho tiempo allí se endurece y se adhiere al diente, e incluso debajo de las encías creando graves problemas de salud y mal aliento.
No saltar las rutinas de cepillado tres veces al día es ideal, usar seda y enjuague es lo mejor, pero te daré varios consejos para que mantengas a raya el crecimiento del sarro en tus dientes.
Para empezar, come frutas. Masticar manzanas o melones o cualquier otra fruta después de cada comida ayudará a eliminar parte de la placa bacteriana que termina convirtiéndose en sarro.
Pero, si tienes brackets corta las frutas en pequeños trozs para evitar afectar los aparatos.
Las propiedades naturales de las frutas ayudan a reducir la formación de sarro y tener unas encías sanas.
La limpieza dental profesional es inaplazable. Debe hacer regularmente, pues es la manera más efectiva de eliminar el sarro que ni siquiera se ve a simple vista.
Visita al odontólogo, que tiene herramientas e incluso tratamientos como la limpieza dental con ultrasonido de alta tecnología, que usa vibraciones.
Así como las frutas, algunos vegetales también son buenos. Masticas zanahoria y apio crudos consistirán en aumentar favorablemente el flujo de saliva, dificultando que las bacterias se adhieran a las superficies de los dientes.
Los enjuagues con aceite de girasol y sésamo también reducen bacterias, hongos y toxinas de la boca, a la vez que eliminan el sarro, combaten la enfermedad periodontal y, en ocasiones, actúan como blanqueador dental.
La alimentación también es importante, por ello es bueno reducir el consumo de azúcar en la dieta diaria, pues es el que más afecta la dentadura.
Al mezclarse con la saliva, el azúcar crea un esmalte dental débil, haciéndose propenso a la formación de caries, fácil adhesión de la placa dentobacteriana, que acompañada de una mala higiene favorece la acumulación de sarro.
