La resina que tu dentistas colocó para reparar uno o más de tus dientes no es indestructible, ni dura toda la vida, pero hay tareas que se puedan desarrollar para cuidarla lo más posible.
En este artículo te hablaré de las resinas, para qué sirven y cómo puedes cuidarlas para no tener que reemplazarlas antes de lo previsto.
El odontólogo acude a la resina para hacer una restauración que ayude a corregir daños provocados por caries, grietas o picaduras.
La caries es la enfermedad dental más común y aparece por una deficiente higiene o por el excesivo consumo de azúcar.
Dadas sus características físicas y químicas, las resinas cumplen su función y estética sin problema.
Pero una vez colocada, debes cuidarla. Con el paso del tiempo, las resinas se desgastan por la masticación habitual, ocasionando filtración de bacterias con la probabilidad de volver a formar caries.
Además de una adecuada higiene dental, para mantener la resina en buenas condiciones es necesario evitar alimentos con colorantes, como el vino tinto o el café; dejar de fumar, y no morder alimentos duros o pegajosos.
Siguiendo estos consejos, la resina podrá durar entre 5 a 7 años, aunque será el dentista el que tendrá la última palabra, porque también influyen los hábitos alimenticios y el desgaste diario, o si hay bruxismo.