Las fisuras dentales pueden ocurrir por diferentes razones. Además, pueden ocurrir tanto a jóvenes como a adultos, y son más frecuentes en personas de la tercera edad.
Pero, por supuesto, hay unas más frecuentes que otras, como veremos a continuación:
- El apretamiento y rechinamiento de los dientes característicos del bruxismo debilita su estructura, haciéndolos más susceptibles a las fisuras dentales. Además, la fuerza excesiva de este hábito es suficiente para generar fisuras espontáneas en las superficies. Sobre todo, en los molares.
- Grandes empastes que debilitan la integridad del diente.
- Morder o masticar alimentos muy duros, como frutos secos, hielo o caramelos.
- Traumatismos, como un golpe en la boca puede dañar la integridad del diente. Los accidentes de tránsito, una caída, lesiones deportivas o las riñas son algunas situaciones que favorecen este tipo de traumas en las piezas dentarias.
- Cambios bruscos en la temperatura de la boca, como cuando se come algo muy caliente y luego tratar de enfriar la boca tomando algo helado.
- Dientes con endodoncias que, al no tener vitalidad por falta de pulpa, se deshidratan con el paso del tiempo.
- Piezas con empastes provisorios pueden fisurarse, sobre todo las de raíz.
- En las maniobras que se realizan para retirar un perno del interior del diente.
- Morderse las uñas.