Tener sensibilidad dental es muy molesto. Hay que esperar que el café se enfríe un poco o tomar un helado o bebida helada con mucho cuidado, para evitar el dolor que produce. No es bueno comer con miedo a que un diente molestará.
Esta sensación se da cuando el esmalte dental se ha desgastado o debilitado y quedan nervios expuestos. Generalmente se manifiesta en personas entre los 18 y 40 años, por eso es importante saber cómo prevenir o disminuir.
La mejor opción que se tiene es visitar a un dentista y que sea este profesional quien haga una evaluación del caso y defina un tratamiento, en caso de necesitarse.
Pero, mientras tanto, hay sugerencias para disminuir el efecto de esa sensibilidad dental
-Lo primero es mantener una higiene bucal excelente. Al evitar caries, sarro y problemas en las encías, el esmalte de tus dientes estará bien cuidado.
-El cepillo de dientes y la pasta dental deben ser suaves, no muy abrasivos. La herramienta debería tener cerdas suaves y redondeadas y evitar aplicar mucha fuerza durante la rutina.
-Evitar en lo posible alimentos y bebidas ácidas (cítricos, vino, refrescos, aderezos), pues afectan la dureza del esmalte dental. Esa acción corrosiva de los cítricos se contrarresta con lácteos, como yogur, quesos o leche.
-También hay que evitar las temperaturas extremas: nada muy frío, nada muy caliente.
-No uses tus dientes como herramientas de corte o para abrir botellas.
–Visitar al dentista con regularidad. Sus habilidades y entrenamiento lo capacitan para detectar cualquier problema en tu boca en una fase inicial, el mejor momento para atacarla.