Desde hace algunos años surgió una rama de la odontología que tiene como base la prevención para evitar enfermedades y problemas bucodentales.
Y se ha convertido en bandera porque sus planteamientos son sencillos de seguir, pero con una rutina implacable.
La odontología preventiva establece revisiones periódicas, sin esperar que haya algún malestar para visitar al dentista. La actitud generalizada es esperar hasta último momento, hasta no soportar más, lo que termina con complicar el caso y sumarle costos.
Las revisiones con un dentista son importantes porque en ellas el profesional podrá detectar cualquier problema o patología que todavía no se haya manifestado y tratarla antes de que la situación empeore demasiado.
Con esta rutina se previene cualquier enfermedad, infección, rotura u otro problema a través de la revisión. Es la manera más efectiva tener una salud bucal perfecta.
Pero hay otros dos pilares de la prevención dental: la correcta higiene y la alimentación balanceada.