La acumulación de bacterias en la boca y en las encías puede provocar una inflamación en el torrente sanguíneo, que podría derivar en un engrosamiento de las arterias, un factor de riesgo de enfermedades cardiacas y cardiovasculares.
Por eso es tan importante la higiene bucal, porque lo que ocurre en nuestra boca puede repercutir en la salud general, una premisa confirmada científicamente para media centena de patologías.
Esas mismas bacterias que causan la enfermedad periodontal se alojan en la garganta superior y pueden obstruir la respiración o afectar a los pulmones, provocando una pulmonía bacteriana o una bronquitis.
Otras enfermedades que derivan en crónicas, como la diabetes, la hipertensión arterial, el estrés y el consumo de alcohol o tabaco también afectan la salud bucal.
El objetivo en la higiene bucal es eliminar la placa bacteriana, por ser un campo fértil de bacterias que se encuentran en la superficie de los dientes y que se acumula cuando no mantenemos una constante higiene bucal.
La recomendación general es el cepillado diario de los dientes después de cada comida, el uso del hilo dental y el enjuague bucal. Hoy también es sugerido el uso de irrigadores para tener mayor eliminación de bacterias. Y, por supuesto, realizar un chequeo dental preventivo con un profesional de la odontología, al menos dos veces al año.
