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Limpieza dental

Cuando acudimos al dentista después de mucho tiempo sin ir a él, por lo general, siempre recomienda una limpieza. No debemos olvidar que nuestra boca es el medio a través del cual ingerimos los alimentos, bebemos, fumamos, mordemos… Si te paras a pensarlo, es un foco de bacterias que requiere estar sana para poder proteger nuestra salud al 100%.  Y es que aunque realicemos una excelente limpieza en casa, nunca podremos llegar a ser tan profundos y eficaces como lo es un experto con todos sus instrumentos, productos y métodos en su clínica dental.

¿Porque se recomienda hacer una limpieza dental?

Es por ello que la recomendación de hacer una limpieza dental sea de lo más habitual por parte de los dentistas, más aún cuando no se ha realizado una en mucho tiempo. Precisar la periodicidad recomendable de una limpieza dental es complicado, pues cada boca es diferente y las necesidades varían de un paciente a otro.  Lo habitual en líneas generales suele ser hacer un mínimo de dos al año, pero insistimos, va a depender mucho de la salud de tu boca y de si tienes alguna enfermedad periodontal, como gingivitis o sangrado de encías, o periodontitis, que suele ser el siguiente paso de la gingivitis si no es tratada. Pero también hay otros factores externos muy personales como la alimentación y los hábitos, a lo que hacíamos antes referencia, por ello es difícil hacer una recomendación de periodicidad en la limpieza dental.

El Curetaje dental

De un tiempo a esta parte parece que se ha puesto de moda un término mucho más específico y que muchas personas confunden con la limpieza dental. El curetaje dental es un proceso diferente al de la limpieza, no necesario para todo el mundo y que, en realidad, tampoco es correcto en cuanto a su definición. Veamos qué es y las diferencias entre limpieza y curetaje dental.

Diferencias entre limpieza y raspado radicular o curetaje dental

Comencemos por definir qué es el curetaje dental. Si la limpieza dental es un proceso mediante el cual se elimina el fundamentalmente el sarro de la zona visible de los dientes, el curetaje dental hace una limpieza en mayor profundidad, llegando a zonas por debajo de las encías. El sarro se genera ahí o bien porque la higiene dental no es la adecuada o bien por algunas enfermedades de nuestras encías, o incluso por factores víricos o por el uso de algunos medicamentos. Los factores que desencadenan el almacenamiento de sarro debajo de las encías son múltiples y variados, pero lo que siempre es recomendable es prevenir estos problemas con una completa y periódica higiene bucal. Al tratar debajo de la encía se tiene la idea de que el curetaje dental duele. Nada más lejos de la realidad, y es que lo que se hace para evitar las molestias del procedimiento es aplicar anestesia en la zona. Este tratamiento no tiene que aplicarse necesariamente a toda la boca, si no que se realizará en los dientes que lo requieran, pues no todos tienen que estar afectados de igual manera.

Señalábamos un poco más arriba que el término curetaje dental tampoco es el más correcto, y es que en realidad este proceso de limpieza profunda se denomina realmente raspado radicular. El nombre de curetaje lo toma de la herramienta con la que se hace la limpieza, cureta, de ahí el error habitual en el uso correcto del término.

Curetaje dental antes y después

La diferencia entre el curetaje dental antes y después en nuestra boca es evidente, pues nuestras encías lucirán mucho más sonrosadas y sanas en un plazo de tiempo. Y es que no olvidemos que no es un tratamiento del diente, sino de la encía. Por ello, hay una serie de recomendaciones para personas que han realizado un curetaje dental, como el hacer una limpieza dental más suave, con cepillos con un mínimo nivel de dureza. Dado que raspado radicular conlleva un raspado de la encía, es recomendable que los primeros días se trate con mimo la zona afectada.

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