La tensión emocional que provocan algunas situaciones sociales de hoy, como una evaluación en la universidad, los problemas económicos y familiares, o de pareja provocan mayor posibilidad de sufrir bruxismo, debido a la exigencia de un rendimiento superior al normal.
Al ser un rechinamiento involuntario de los dientes, las personas no suelen saber que padecen bruxismo. Pero hay otras señales a tomar en cuenta, como dolores de cabeza, cuello, espalda o mandíbula y, si es un proceso mantenido en el tiempo, puede causar también vértigos y mareos.
Los casos de bruxismo relacionados con el estrés aumentan entre la población en épocas de exámenes para los estudiantes o cuando los adultos deben hacer frente a situaciones que les resultan complejas.
Algunos casos más específicos son: una cuesta de enero, la devolución del préstamo de una casa que no pueden pagar o un proceso de divorcio, situaciones que provocan mayor estrés emocional que puede repercutir en el apretamiento dental que todos conocemos con el nombre de bruxismo.