Hay niños que a pesar del esfuerzo de sus padres se rehúsan a lavar sus dientes de forma frecuente. Consta que sus padres hacen todo lo posible: hacen su rutina frente a ellos, inventan juegos, canciones, el cepillo es en forma de tiburón y la pasta de colores.
Y no se animan. Pero algunos odontopediatras tienen una opción que parece sencilla, pero aseguran que es eficaz: un cepillo eléctrico.
A partir de los 6 años los niños pueden usar cepillos eléctricos, y el mercado tiene diferentes opciones para ello. La mayoría tiene el cabezal adaptado y las revoluciones reguladas para niños de esa edad.
Resulta que el uso de este cepillo los divierte y los motiva, y se ha demostrado que realizan el cepillado con más frecuencia y durante más tiempo.
Y es beneficioso de cierto modo, porque el cepillo eléctrico elimina mejor la placa bacteriana, llegando a espacios entre los dientes y muelas a los que no llegan con el cepillo manual.
Los especialistas aseguran que lavarse los dientes es algo que debe inculcarse a los niños desde muy pequeños, para que mantengan estos hábitos cuando sean mayores. Es una tarea difícil.
Para el uso del cepillo de dientes eléctrico, el niño debe tener un aprendizaje previo, que se puede impulsar en las revisiones con el dentista. La técnica es importante y también lo es la frecuencia: tres veces al día tras las comidas principales.
