Acudir al dentista cuando estás embarazada es una obligación. Los efectos de la gestación en la salud dental pueden complicarse y es mejor estar prevenidos ante cualquier riesgo.
El embarazo es una etapa especialmente delicada para los dientes, porque están expuestos a una serie de problemas que pueden llegar a ser graves de no cuidarlos.
Por ejemplo, habrá más riesgo de caries y problemas de las encías, debido a que las hormonas y los cambios en el cuerpo de la mujer pueden hacer que los dientes estén más débiles.
De no tratar cualquier inflamación o infección podemos tener problemas a largo plazo que serían especialmente negativos para nuestra salud dental.
De aparecer, la caries puede ser tratada perfectamente durante el embarazo. Pero, lo mejor es que el dentista defina cuándo es el mejor momento para tratarlas, antes o después del parto, dependiendo de la gravedad de la situación.
En la actualidad, la anestesia local será algo que se puede aplicar sin riesgos, ya que no afecta el resto del cuerpo y es perfectamente compatible con el embarazo.
Tampoco hay razones para detener las limpiezas dentales, todo lo contrario, deben hacerse para evitar la acumulación de la placa dental.
Las radiografías estarán limitadas a situaciones graves o urgentes. De acudir al dentista cuando aún no estamos seguras del embarazo será mejor que no nos arriesguemos.
