Es de humanos dudar si ir al dentista ahora, en pleno proceso de desescalada por la covid-19, signifique un riesgo innecesario. Cuando comenzó la aplicación de medidas para frenar la propagación del coronavirus, las clínicas dentales cerraron y solo atendieron emergencias.
Y la razón es que al ser un virus que se contagia a través de la saliva y los aerosoles de la boca, el consultorio dental resultaría altamente peligroso.
Pero no hay que ser alarmistas, los dentistas tienen años domando virus y bacterias en sus laboratorios y tratamientos, con exigentes protocolos de higiene y bioseguridad; la covid-19 no será la excepción.
Aunque hay miedo, la clínica dental sería uno de los lugares más estériles en este momento, por las medidas adicionales que toman los dentistas en su responsabilidad de no propagar un virus que se ha cobrado más de 27 mil muertes en España.
Entonces, ahora que las clínicas están abiertas, es prudente ir si no hay una emergencia. La mayoría han optado por las citas previas, así que lo recomendable es llamar antes de ir.
Hay tratamientos dentales que requieren un seguimiento directo del dentista, y esos son los casos que están desbordando las clínicas, ahora que el proceso es más lento, pues se atienden a menos personas por día para evitar las aglomeraciones.
Las clínicas están preparadas, el personal se realiza pruebas antes de comenzar la jornada y descarta contagios recientes. Y en adelante, se acogen a todos los protocolos de las instituciones.
