El esmalte dental representa la sustancia más fuerte del cuerpo humano y cumple una función muy importante de protección para las piezas dentales, evitando el desgaste diario por morder y masticar, así como las temperaturas de líquidos y alimentos, además de los efectos erosivos de ácidos y productos químicos.
Cuando el esmalte se erosiona, la dentina pierde algo de su protección, situación que se traducirá en sensibilidad ante las temperaturas o alimentos dulces, ya que estos estimulan los nervios dentro del diente, generando dolor.
Causas de erosión del esmalte dental
Son muchos los factores que pueden contribuir a la pérdida de esmalte dental, entre ellos:
-Beber demasiados refrescos o bebidas de frutas azucaradas, sumadas a la falta de higiene dental, ya que las bacterias prosperan en el azúcar y producen altos niveles de ácido corrosivo para el esmalte dental
-Comer en exceso alimentos ácidos o dulces
-Sequedad oral o bajo volumen de saliva, ya que esta condición disminuye la capacidad natural de la saliva para neutraliza los ácidos y eliminar los restos de alimentos
–Reflujo ácido o acidez estomacal, el reflujo lleva a los ácido del estómago hasta la boca, que pueden erosionar el esmalte drásticamente
-Enfermedades como la bulimia, el alcoholismo o consumo excesivo de alcohol, ya que estos estimulan los vómitos frecuentes acompañados de los ácidos estomacales que erosionan el esmalte dental.
-Ciertos medicamentos o suplementos, que contienen altos niveles de ácido, como la aspirina o la vitamina C, ya que estos componentes también pueden erosionar el esmalte dental
-La fricción intensa, ya que esta produce un desgaste al cepillarse los dientes con demasiada fuerza
–Bruxismo o la acción de rechinar los dientes, que como en el caso anterior la fricción o rozamiento de las superficies desgasta el esmalte.
Imagen: MF