Hay un proceso silencioso e indoloro que puede ocurrir en la boca sin que te des cuenta, y es cuando las encías van abandonando al diente y dejan la raíz al descubierto.
Es un proceso que casi nadie nota u mucho menos si no hace visitas frecuentes al dentista.
Las encías se retraen por varias causas. Pero en esta ocasión hablaremos de las dos razones más comunes.
La primera es de carácter infeccioso, cuando las bacterias de la placa microbiana atacan el tejido blando.
Eso ocurre por incorrecto cepillado o mala técnica, o simplemente no tener un hábito estricto y correcto de higiene bucodental, que incluya un sistema interdental.
Al atacar, las bacterias generan una inflamación (gingivitis) con sangrado y enrojecimiento de las encías. Sin un tratamiento adecuado, la infección llega a los tejidos que unen el diente al hueso, llamado periodonto. Hay más de un grado de esta infección, a la que comúnmente se llamaba ante “piorrea”.
La segunda causa más frecuente es la incorrecta oclusión (mordida), o problemas del funcionamiento oclusal, como el bruxismo.