Para ayudar a prevenir el daño a los dientes y las encías, se debe tomar muy en serio a la diabetes respecto del cuidado dental, ya que de este dependerá la prevención de un gran número, de posibles patologías relacionadas con esta condición que afecta a distintos niveles de la salud.
La diabetes y el cuidado dental apropiado
El diabético deberá hacer un compromiso con el manejo de su diabetes, como primera medida, llevando un control estricto del nivel de azúcar en la sangre y deberá seguir las instrucciones de su médico al pie de la letra para mantener dichos niveles dentro de los límites deseados. Cuanto mejor sea el control de los niveles de azúcar, menor será la probabilidad de desarrollar problemas dentales como la gingivitis, periodontitis y otras patologías.
Cepille sus dientes por lo menos dos veces al día, por la mañana y por la noche, pero de ser posible, después de cada. Utilice un cepillo de dientes con cerdas suaves y pasta dental que contenga fluoruro. Evite un cepillado vigoroso o severo, ya que esta acción puede irritar las encías, por ello se debe considerar el uso de un cepillo de dientes eléctrico, especialmente en los casos se padezcan condiciones como la artritis u otros problemas psicomotrices que hagan difícil un buen cepillado.
Use hilo dental por lo menos una vez al día, ya que este ayuda a remover la placa entre los dientes y debajo de la encía, pero si tiene problemas para usarlo a través de sus dientes, puede optar por la variedad encerada, así como también si le es difícil manipular el hilo dental, utilice un soporte de hilo dental.
Programe limpiezas dentales regulares con su dentista, a quien deberá visitar por lo menos dos veces al año para una limpieza profesional. Si bien suena obvio asegúrese de que su dentista sepa que tiene diabetes y cada vez que lo consulte, recuérdeselo. Asegúrese además que su dentista tenga contacto con su médico de cabecera, para sobrellevar la condición entre ambos.
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