Los implantes dentales representan un procedimiento quirúrgico llevado a cabo en el hueso maxilar, donde se insertan como raíces artificiales de titanio que terminan fusionándose con el hueso. Entre sus beneficios los implantes no se caen, no hacen ruido o causan daño en los huesos como lo hacen los puentes fijos o las dentaduras postiza.
Cuando se llega a un implante dental
En general, los implantes dentales son adecuados si:
-Sí, tiene uno o más dientes perdidos
-Sí, tienen una mandíbula que no alcanzó el crecimiento completo
-Cuando se tienen tejidos orales sanos
-Cuando no se tienen problemas de salud que afectan a la cicatrización ósea
Posibles riesgos de los Implantes dentales
Por supuesto como cualquier cirugía, la llevada a cabo para un implante dental también plantea algunos riesgos para la salud, aunque los problemas son poco frecuentes, cuando ocurren por lo general son leves y fáciles de tratar. Los riesgos incluyen:
-Infección en el sitio del implante
-Lesión o daño a las estructuras circundantes, tales como otros dientes o los vasos sanguíneos
-Daño en los nervios, lo cual puede causar dolor, entumecimiento u hormigueo en los dientes naturales, las encías, los labios o la barbilla
-Los problemas sinusales, cuando los implantes dentales colocados en el maxilar superior sobresalen en una de sus cavidades nasales.
-Problemas postoperatorios; Las infecciones y los problemas de sensibilidad en otros dientes, labios o encías, representan algunos de los problemas que pueden generarse después de la cirugía, pero pueden ser tratados con facilidad.
– Problemas de osteointegración; generalmente alrededor del 95 por ciento de los tratamientos protésicos por implantes dentales alcanzan el éxito y son los que se llevan a cabo con titanio biocompatible, ya que se integran al organismo sin dificultad, condición que se conoce como “osteointegración”, pero en ciertos casos esta puede fallar, siendo los factores más comunes; enfermedades, problemas biológicos o por tratamientos mal realizados.
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