La higiene bucodental debe inculcarse a los niños desde el mismo momento del nacimiento, como una forma de prevenir enfermedades y problemas en la adultez.
Ya en el periodo de lactancia, al bebé debe limpiársele la boca con una gasa humedecida en el dedo, eliminando restos de leche materna. Debe cubrirse el área de las encías y las mejillas.
De acuerdo con MedlinePlus, de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, los dientes sanos son importantes para la salud general de un niño. “En los bebés, se deben limpiar los dientes con un paño suave y limpio o con un cepillo de dientes para bebés. Evite que el niño se duerma con un biberón, y revísele los dientes regularmente para detectar manchas”.
Con esas medidas, ya se está alerta ante la aparición de la caries, una de las enfermedades más recurrentes en niños, en el mundo.
Pasados los meses y con los primeros dientes, los padres tienen la responsabilidad de educar a sus hijos en temas de higiene bucal, por ejemplo, en cómo cepillar correctamente sus dientes.
Entonces, la higiene, la dieta (limitando los azúcares) y visitar al odontólogo son aspectos importantes de esa enseñanza que quedará para toda la vida.
Así, con un seguimiento detallado se ve cómo serán las salidas de los dientes y, de manera preventiva, se pueden corregir las piezas. Además, visitar al médico con regularidad y desde la niñez, crea conciencia sobre la importancia del cuidado de la boca.
