La de Organización Mundial la Salud (OMS) insiste en que la salud bucodental es fundamental para gozar de una buena salud y una buena calidad de vida. De cómo tengamos la boca depende la estabilidad del resto del cuerpo.
Si hay salud bucodental, hay buena salud general, porque se previenen dolores y enfermedades “limitan en la persona afectada la capacidad de morder, masticar, sonreír y hablar, al tiempo que repercuten en su bienestar psicosocial”.
Cuando no existe una higiene oral, aparecen los problemas de salud. Las encías se llenan de bacterias y el sarro se pega a las raíces y empiezan las enfermedades de las encías. Al no estar sanas, las bacterias malas entran al organismo y son dañinas para el estómago, el corazón y las vías renales.
Para tener salud bucodental es necesario ir un paso adelante, y eso se logra con la prevención. El cepillado diario y efectivo, con pasta dental con flúor y uso de hilo dental y la visita regular al dentista.
El profesional hará una revisión dedicada, en la que podría verificar que todo está bien o hallar elementos para actuar de inmediato. Allí la importancia de visitar a este médico con la frecuencia recomendada: al menos cada seis meses. Y no cuando hay una molestia.