irrigador dental

La higiene bucal es una serie de pasos, hábitos y rituales importantes para salud de la boca y del cuerpo en general. Además de mantener la cavidad limpia, los dentistas recomiendan ir su consultorio al menos una vez al año.

Uno de los aparatos que deben estar incluidos en los rituales de limpieza es el irrigador dental, que ayuda en la limpieza de nuestra boca y nuestros dientes casi como si fuéramos a la consulta de un dentista.

Tener uno en casa es imprescindible. Y son muchos los modelos que podemos encontrar en el mercado, así que para escoger el que más se ajuste a lo que buscamos vamos a necesitar saber de qué características específicas dispone.

Habrá que tomar en cuenta la capacidad de agua de su depósito, el tipo de complementos que lleva o el precio. Lo bueno es que el mercado ofrece variedad de alternativas para que cada persona encuentre su mejor opción.

Otra característica es el tamaño del aparato, pues algunas personas los prefieren pequeño, para hacer más sencillo el trabajo. Es lógico que a más pequeño el irrigador, el depósito de agua tendrá menor capacidad. Los más recomendados son los que tienen capacidad de medio litro de agua.

Un irrigador puede ser usado por toda la familia, ya que sus cabezales pueden reemplazarse.

La potencia con la que sale el agua es otro elemento a tomar en cuenta. Si no es regulable puede ser demasiado fuerte y acabar haciéndole daño a nuestras encías, aunque normalmente todos los irrigadores ya funcionan con presión regulable.

Otro requisito no menos importante es la variedad de accesorios, como recambios o boquillas incluidas para que su uso se extienda a más de un miembro de la familia, o incluso instrumentos especiales para la limpieza de ortodoncias o de implantes dentales.

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