visita al dentista

Hace un año, cuando la pandemia entró en Europa de forma descontrolada y se expandió a una velocidad de vértigo, las clínicas dentales, dentro del sector de la salud, fueron las que más sufrieron. Se las mantenía abiertas como servicio esencial, pero solo para urgencias, perdiendo el 90% de su negocio, además al poder abrir, perdían el derecho a ayudas públicas. Por suerte, y tras varias protestas, pudieron acogerse a ayudas como los ERTE.

Con la llegada de junio pudieron abrir de nuevo sus puertas para todos los tratamientos que ofertan. Obviamente la población acogió esta apertura con miedo, en una clínica dental el contacto es muy directo y después de todo lo sufrido durante el confinamiento la gente salió muy concienciada y con miedo.

Con el paso del tiempo la gente fue adaptándose a esta nueva vida que nos toca vivir con el virus y fue poco a poco volviendo a sus actividades, aquellas que obviamente están permitidas. Entre ellas se volvió al dentista, los tratamientos tienen que continuar y las revisiones son muy importantes para prevenir problemas.

Además los dentistas desarrollaron un protocolo que hasta la actualidad está demostrando ser el mejor que hay, dada la baja tasa de contagios. Se ha invertido en excelente material de protección y en empresas de limpieza que se encargan de la desinfección de la clínica, de la limpieza de moquetas de toda la clínica. Estas empresas están también especializadas en la limpieza de oficinas.

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