Los malos hábitos pueden parecer divertidos en algunos casos, pero la verdad es que en su constante práctica se vuelven dañinos. Eso ocurre especialmente con los dientes, a los que les prestamos poca atención.
Hay costumbres que al afectar los dientes ponen en riesgo nuestra salud bucodental y la del organismo en general. Hagamos un recuento.
-Morderse las uñas. Un horrible y poco higiénico hábito que puede llevar a la boca más bacterias de las que ya tiene, y además provocar heridas en los dedos y en las encías. Morder otros objetos como como lápices, palillos, bolígrafos también puede fomentar el daño serio de la sensibilidad dental.
-Beber demasiados refrescos. Las bebidas carbonatadas provocan la erosión del esmalte dental, lo que vuelve las piezas más frágiles y facilitan la aparición de caries. Se recomienda cepillar bien los dientes luego de consumir este tipo de bebidas azucaradas.
-Usar dientes como destapador. Debemos recordar que nuestros dientes no son herramientas de cortar, abrir o romper. Por más que parezca fácil, la recomendación es nunca usar los dientes como un destapador de botellas o envases. Un esfuerzo de ese tipo puede provocar fracturas de las piezas dentarias.
-Masticar hielo. Además de ser una desagradable costumbre, masticar hielo trae grandes problemas para los dientes. Pueden aparecer fisuras o fracturas, y es una actividad mucho más riesgosa para personas con empastes o coronas.
-Cepillarse inmediatamente después de comer. Sí, los dentistas recomiendan cepillar los dientes después de cada comida, pero no justo al terminar. Lo ideal es esperar 30 minutos, hasta que el pH de la saliva se haya estabilizado.
-Exagerar el consumo de café y té. Estas bebidas tan populares tienen componentes que manchan los dientes, y el riesgo será mayor si se toman con demasiada frecuencia.
