niño al dentistas

Siempre será difícil para un niño ir al dentista. Todo el proceso puede ser extraño para él, desde la espera fuera del consultorio, hasta las herramientas que el profesional usa.

Por eso, la recomendación es que desde que es un bebé sea llevado a consulta dental, con el fin de que se adapte a todo el ambiente. Entre los seis a los 12 meses el bebé requiere una limpieza especial y aplicación de flúor.

Pero si ya es un niño mayor, que puede entender ciertas cosas, es mejor prepararlo de forma prudente de lo que verá, oirá y sentirá en la clínica dental.

Sin embargo hay términos que mejor no se le pronuncian, porque podrían causar mayor estrés del que se quiere eliminar.

En este artículo te explico cuáles son las frases o situaciones que no debes explicar en gran detalle a tu hijo cuando lo lleves por primera vez al dentista.

Evita contarle tus experiencias con el dentista cuando tenías su edad, sobre todo si son negativas. Algunas situaciones que no entenderá bien podrían causarle estrés y miedo.

Al explicarle por qué ir al dentista, debes evitar las palabras negativas que puedan resonar en su cabeza como dolor. Generalmente los niños temen a la inyección, sangre, miedo, piquete, quitar dientes.

Sobornar con premios si se porta bien en su primera visita al dentista no es bueno. En primer lugar, entenderá que si obtendrá un premio es porque primero tendrá que sacrificarse. Y en segundo lugar, termina siendo un círculo vicioso en el que el niño hará un berrinche solo para que le ofrezcan el premio.

Decirle que van al parque y de pronto llegar al dentista es un grave error. Ya no solo hay miedo al odontólogo, sino que también se creará desconfianza en los padres, que no le dijeron la verdad. Hablar claro siempre será mejor.

Explicarle cada parte del proceso y lo que sentirá no es positivo. Esa parte la manejará mejor el dentista que los padres, pues está preparado para trabajar con niños.

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