Los terceros molares son los últimos dientes en emerger y generalmente lo hacen cuando ya nos despedimos de la adolescencia.
Por ello se les ha dado el nombre de muelas del juicio, haciendo alusión a la llegada a una edad más madura, máximo a los 21 años.
Pueden generar molestia cuando salen. Si aparecen sanas y en buena posición serán aliadas perfectas en la masticación de los alimentos.
Pero si hay dolor, hay que ir al dentista, quien vigilará algunos aspectos para luego definir si será necesario extraerlas.
Uno de los principales problemas es que suelen tener poco espacio para salir o lo hacen en una posición incorrecta.
Estas son las condiciones que el dentista vigilará de cerca, antes de tomar una decisión:
-Que al no estar en la posición correcta puedan dejar que la comida quede atrapada. Esto da a las bacterias causantes de la caries oportunidad de crecer.
-Que no emergen adecuadamente, lo que puede dificultar el uso de seda dental entre las muelas del juicio y los molares adyacentes.
-Que han salido parcialmente y pueden dar oportunidad a las bacterias de entrar en las encías e incitar infecciones. Esto asimismo puede causar dolor, hinchazón y rigidez en la mandíbula.
-Que no tienen sitio para salir pueden causar que los dientes vecinos se apiñen o se dañen.
-Que esté incrustada, lo que puede formar un quiste en o cerca de la muela impactada. Esto puede dañar las raíces de los dientes adyacentes o destruir el hueso que sujeta tus dientes.
