La irrigación bucal es un chorro de agua pulsátil a presión sobre dientes y encías y es una función que cumple un irrigador bucal.
Incluir ese paso en el ritual de higiene bucodental es ideal, y será clave en gozar de una buena salud.
El irrigador bucal es un instrumento de higiene bucal profesional que saltó a los hogares y que tiene efectos muy beneficiosos para la salud dental:
-Menos placa dental. Los irrigadores eliminan más fácilmente la placa dental, sobre todo en las zonas donde el cepillo no puede llegar. Es el complemento perfecto para la limpieza interdental.
-Encías más sanas. Como consecuencia de la disminución de placa bacteriana, la inflamación y el sangrado de las encías también se reduce. Esto ayuda a prevenir enfermedades de las encías como la gingivitis o la periodontitis.
-Más sensación de limpieza. Es el complemento perfecto para la rutina de higiene bucal. Después del cepillado, aplicar agua o enjuague bucal a través del irrigador nos permitirá conseguir una limpieza más profunda, gracias a su chorro de agua pulsátil, que ayuda a eliminar placa o restos de comida que el cepillado no ha podido eliminar.
-Más frescor. Los irrigadores bucales también refrescan la boca.