Hay malos hábitos bucodentales aprendidos a lo largo de los años y que son difíciles de cambiar. Uno de ellos es el cepillarse los dientes con demasiada fuerza.
Quienes lo hacen creen que de esa manera se garantizan una limpieza más profunda y que evitarán enfermedades en el futuro. Pero lo cierto es que este mal hábito puede provocar serios problemas.
Los expertos aseguran que cepillarse con fuerza o con un cepillo de cerdas duras es un error muy común.
Y lo peor es que podría potencialmente causar daño tanto a los dientes como a las encías, lo que puede ocasionar problemas que van desde el desgaste del esmalte hasta la retracción de las encías.
Las personas que se cepillan con demasiada fuerza, o que usan un cepillo demasiado duro, también pueden comenzar a notar que sus dientes se vuelven más sensibles porque quedan expuestas partes que antes estaban cubiertas por las encías.
Por ello, la recomendación general es que se use uno suave y hacer una presión moderada, como si fueran masajes.