A lo largo de la humanidad hemos escuchado historias muy curiosas y misteriosas vinculadas a la medicina y a la odontología, hoy queremos compartir una historia vinculada a unos dientes que, literalmente, explotaban. Un misterio que no debes dejar de conocer.
Esta curiosa situación fue descubierta por W.H. Atkinson, un dentista del siglo XIX que vivía en Pensilvania, Estados Unidos. El hecho quedó documentado en una importante revista de dentistas americanos de la época.
Este problema se detectó en tres pacientes. En primer lugar sucedió con el reverendo DA que pasó por esta situación en el año 1817, en ese momento el canino superior derecho le empezó a doler y la intensidad del malestar aumentó hasta el punto de la locura, en su mayor desesperación golpeó su cabeza contra el suelo y hasta llegó a sumergir la cabeza en agua fría. Todos comportamientos poco apropiados para un religioso. El dolor que debió soportar fue mucho.
Tengamos en cuenta que el dolor de dientes puede volverse una verdadera tortura, de ahí la importancia de realizar controles con los odontólogos de forma frecuente y ante el menor dolor pedir una consulta, evitando que el malestar crezca.
Un trabajo realizado en el año 1862 en Sussex (Reino Unido) demostró que un hombre llegó a terminar con su vida después de un fuerte dolor de muelas que duró más de cinco meses.
Pero este no fue el caso del reverendo de Springfield del que veníamos hablando, su caso tuvo un final más feliz. Todo lo que intentaba haces era inútil hasta que un día caminaba en su delirio y de repente sintió un golpe seco como un disparo, era su diente que había estallado en pedazos, en ese mismo instante sintió un gran alivio.
En ese momento, en el que estaba acompañado por su mujer, sintió que el dolor y las molestias habían desaparecido por completo. Con el paso de las horas y después de haber dormido por largas horas se despertó sintiéndose bien y en perfecto estado.
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El dolor de muelas es de los peores que se pueden experimentar pero ¿hasta el punto de explotar? Increíble!