traumatismo

El Colegio de Dentistas de Santa Cruz de Tenerife recuerda los cuidados qué hay que tener en caso de un traumatismo dental.

La época estival es propicia a estas caídas por la práctica de deportes al aire libre. Ante un golpe en la boca, lo primero es acudir a que un dentista valore la gravedad del caso y sobre todo, si hay daño en la raíz.

Ya ha llegado el verano y todo lo que conlleva, las vacaciones, los juegos en las piscinas, la práctica de algún deporte, el uso de las bicicletas y monopatines, el buen tiempo y el disfrute de los ratos libres, en suma.

El Colegio de Dentistas de Santa Cruz de Tenerife siguiendo con su política habitual de informar sobre los cuidados de la boca quiere recordar la importancia de los traumatismos dentales, tanto en adultos como en niños y jóvenes pero sobre todo en este último grupo que son los que disponen actualmente de un mayor tiempo de ocio.

Ante un golpe en un diente, se rompa éste o no, el paciente debe acudir al dentista para que valore si ha habido algún daño en la raíz y su posible evolución. El no seguimiento de este golpe puede tener consecuencias catastróficas para la raíz del diente, llegando incluso a la pérdida del diente traumatizado.

Si la pieza se ha roto sólo por la corona sin dañar el nervio, se podrá reconstruir con un empaste, si la fractura lo ha dañado, necesitará una endodoncia y si lo fracturado o desplazado del sitio es la raíz del diente, éste necesitará ser recolocado en su lugar e inmovilizado a los dientes vecinos durante algunas semanas con controles de evolución posteriores.

La peor edad para recibir el golpe es entre los 6 y los 12 años pues las raíces de los dientes anteriores están en periodo de formación y un traumatismo puede detener el crecimiento de las mismas, lo que puede traer también complicaciones graves en el pronóstico futuro de dicho diente.

Desde el Colegio de Dentistas también aconsejan qué hay que hacer cuando se recibe un impacto fuerte debajo de la nariz y un diente, o más de uno, salta entero de la boca al suelo.

José Alventosa, vicepresidente del Colegio de Dentistas, explica que esto siempre produce un estado de shock ante el hecho de no saber qué hacer. «Lo primero es guardar la calma (esto es lo más difícil porque estamos ante una extracción no prevista y con sangre en la boca), a continuación buscar el diente que ha saltado, cogerlo del suelo por la corona, no tocando nunca la raíz, lavarlo bajo un grifo de agua corriente durante unos dos minutos, jamás raspar la raíz ni aplicarle ningún antiséptico y acto seguido recolocarlo en la boca mirando el sentido de los dientes vecinos para no equivocarnos». «Parece complicado, añade, pero no lo es, el hueco dónde estaba el diente ayuda, pues al empujarlo hacia dentro es capaz de succionarlo ante nuestra presión suave y constante».

Alventosa recuerda que el Colegio de Dentistas de Santa Cruz de Tenerife posee los folletos que editóla Asociación Españolade Endodoncia, cuando él era presidente y que gustosamente ofrece a aquéllas personas que estuviesen interesadas en este tema.

Aunque también pude suceder que nadie se atreva a colocar el diente, en este caso, desde el Colegio de Dentistas explican que una vez recogido el diente y lavado con agua, se debe introducir en un vaso que tenga en su interior leche entera (no vale desnatada ni ´semi´) bien fría y acercarse de inmediato al dentista, que lo colocará en su lugar. Este diente necesitará ser unido a los vecinos y posteriormente ´endodonciado´.

El tiempo máximo para conseguir que se salven es de 60 minutos. Si se sobrepasa este tiempo, también se recolocarán en su lugar pero el pronóstico de conservación ya será más dudoso.

Por último añaden que los únicos dientes que no se reimplantan al caer al suelo son los de la primera dentición, es decir, los de leche, pues pueden dañar a los definitivos que están aún dentro del hueso.

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