El riesgo de sufrir problemas en la boca es mayor que en otras épocas del año, por todas las actividades que se realizan en esta época y también porque el calor puede provocar deshidratación y boca seca si no hay una prudente ingesta de agua.
Pero, los niños son incluso más propensos que los adultos a sufrir un problema dental.
Durante el verano, los peques consumen más bebidas carbonatadas y alimentos azucarados que pueden aumentar los problemas en los dientes y encías. Por eso, los expertos recomiendan extremar el cuidado de sus dientes y no descuidar los hábitos saludables.
La caries es la enfermedad que más puede aparecer por este cambio de hábitos. La Federación Dental Española estima que 3 de cada 10 niños menores de 6 años tienen caries, siendo esta la enfermedad más común de la infancia.
Para combatir la caries es de gran utilidad llevar en una mochila o bolso un cepillo de dientes para que después de cada comida los niños puedan cepillarse los dientes.
La aparición de placa bacteriana es también otro problema muy frecuente durante la época estival. Mientras que las caries afectan más a la pieza dental, la placa bacteriana puede provocar daños en la zona gingival de los pequeños.
Podría haber más sensibilidad dental, porque los alimentos azucarados, fríos y las bebidas carbonatadas provocan desgaste en el esmalte y dolor cuando se ingieren algunos alimentos.
Los traumatismos dentales también pueden ocurrir. En estas fechas los niños pasan mayor tiempo jugando y realizando actividades físicas, por lo que es más probable que sufran algún traumatismo.
