Cuando la mordida no es correcta, se conoce como maloclusión. Una enfermedad a la que hay que prestarle atención porque afecta no solo la estética del rostro, sino la salud en general, porque compromete la nutrición de quien la padece.
Hay zonas en el mundo en las que 85% de las personas tienen una maloclusión y la gran mayoría no es atendida.
La maloclusión puede tener diferentes fases o gravedad, y dependiendo del punto en el que se encuentre habrá que tomar unas u otras actuaciones.
La detección la hace un dentista en un chequeo sencillo. Generalmente, para definir la magnitud del problema son necesarias imágenes de rayos X y otros estudios.
La clasificación de Angle es la metodología más usada para conocer la clase de maloclusión, dividiéndose en 7 grupos.
