El piercing es una moda con raíces antiguas, ya que en muchas culturas se realizaban desde hace miles de años y en la actualidad se ha vuelto a reafirmar, colocándolos prácticamente en cualquier parte del cuerpo, incluidas las más íntimas, como por ejemplo en la lengua y en este caso pueden realizarse distintos tipos de perforación.
En la mayoría de los casos se realizan perforaciones en la lengua centralizadas y se elige una pieza en forma de barra (de acero quirúrgico o titanio) que se inserta en la perforación. El agujero se hace con la intención de que la barra de metal quede orientada ligeramente hacia la parte posterior de lengua, para que de esa forma no moleste a los dientes. De hecho queda inclinada hacia la parte superior del paladar, donde hay más espacio disponible.
Otra forma o técnica que va a gusto del consumidor, se realiza con dos agujeros, colocados lado a lado en la lengua, aunque los perforadores a menudo evitan hacer esto, ya que suele ser muy doloroso. Aunque hacer los dos agujeros justo en el centro de la lengua suele ser una opción más común, donde se colocan dos piercings justo un en frente del otro, técnica que se conoce como una «mordida ángel«.
La «serpiente con ojos» es otra técnica de perforación para piercings en la lengua y consiste en colocar una barra curva que se inserta horizontalmente a través de la punta de la lengua, procedimiento que dé un poco de impresión pero sin embargo por lo general es bastante indoloro.
Para tener muy en cuenta; colocarse un piercing en la lengua representa una mayor vulnerabilidad a las infecciones, ya que está en constante movimiento, situación que empeora las cosas, por ello se deben considerar muy bien todos los pros y contras, antes de llevar a cabo el procedimiento y nadie mejor que un dentista para evaluar las posibilidades en cada caso individual.
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