Estudios recientes han confirmado que la saliva posee sustancias que la hacen única y un agente antibacteriano y cicatrizante. Aunque 99% de ella es agua, en el 1% restante se concentran componentes que favorecen a nuestro organismo y muchas funciones de nuestro cuerpo.
Algunos de los compuestos químicos más destacados de la saliva son enzimas como la lisozima o la ptialina, el ácido siálico, diversos iones que ayudan a la función tampón la estaterina, etc.
Por todos esos componentes, la saliva es un producto con múltiples funciones, entre las que destaca la curación curación de las heridas. Esa es la razón por la que las heridas en la boca cicatrizan más rápido.
El estudio publicado en la revista The FASEB journal se descubrió que la saliva tiene dos propiedades principales: es antibacteriana y cicatrizante. La lisozima, es antimicrobiana, además de evitar su crecimiento y proliferación.
Este líquido contiene un factor de recuperación de la epidermis que da lugar a una curación más rápida de las mucosas de la boca, especialmente de las aftas (llagas).
Además, ayuda a cicatrizar las heridas de la cavidad bucal que nos lamemos. Esto ocurre porque la nepidermina, una proteína de la saliva, sirve de comunicación entre varios componentes de nuestro sistema, activando hormonas que “dan el aviso” de la lesión para que cure con mayor rapidez.